Durante el mes de abril en la Huerta
Salvochea hemos terminado con la temporada de hortalizas de invierno.
Se recogieron las ultimísimas coliflores, que fueron muy pequeñas
porque, estando ya bastante fuera de fecha, se echaban a florar a
ojos vista. Un par de brócolis no pudieron ser cosechados porque la
hortaliza no compactó y lo que debería haber sido la parte
comestible se convirtió en un ramillete de flores amarillas (ver
fotos). Todo el terreno dedicado a estas plantas ha sido debidamente
limpiado, y pasará la primavera y el verano en barbecho porque no
tenemos agua (¡el dilema de siempre !) para mantenerlo en uso.
En abril ha llovido lo justo, lo
justito. De momento la tierra, con una gran parte arcillosa, mantiene
el mínimo de humedad. En todo caso, hemos dejado instalados goteos
para las líneas de tomates, el calabacín, el pepino, los pimientos,
sandía y melones que hemos sembrado. En los líneos de tomateras
hemos preparado el chasis de cañas para soportarlas en su
crecimiento y fructificación. Además les hemos añadido un
acolchado de paja en el suelo para evitar el crecimiento de hierbas
adventícias.
Abril, definitivamente, ha sido el
mes de las alcachofas. Nos hemos hartado a recoger estos frutos. Las
matas han sido bastante generosas y no han requerido demasiados
cuidados para producir bien.
Con las lluvias, aunque pocas, ha
sido labor de muchos días el despejar el terreno de margaritas,
cardos, meloncillos y otras plantas incursoras que trae la primavera
y el buen tiempo. Labor de nunca acabar en un huerto, pero que se
realiza con una buenahazada y con agrado.
No nos olvidamos de recoger los
frutos del más primerizo de nuestros frutales, el níspero, que
también ha producido en cantidad y en calidad esta primavera. El
peral está en flor y en las higueras se distinguen las miniaturas de
lo que serán sus frutos en el próximo verano.
Siguen en el suelo, creciendo y
deseando agua y más agua, las cebollas, los ajos y los puerros.
Estos últimos están siendo cosechados poco a poco, según las
necesidades de los huertanos. También nos quedan un buen puñado de
habas en las matas, que no preocupan porque también pueden ser
cosechadas más adelante, cuando hayan secado.
Los huertanos, seguimos esperando
como agua de mayo que mayo traiga agua, siendo redundantes, para ir
sacando poco a poco y con esfuerzo nuestra próxima tanda de
hortalizas veraniegas.
Todo para la pacha-mama.
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