miércoles, 4 de mayo de 2016

Diario de la huerta a principios de Mayo: Fin de la etapa de invierno y comienzo de la de verano.





Durante el mes de abril en la Huerta Salvochea hemos terminado con la temporada de hortalizas de invierno. Se recogieron las ultimísimas coliflores, que fueron muy pequeñas porque, estando ya bastante fuera de fecha, se echaban a florar a ojos vista. Un par de brócolis no pudieron ser cosechados porque la hortaliza no compactó y lo que debería haber sido la parte comestible se convirtió en un ramillete de flores amarillas (ver fotos). Todo el terreno dedicado a estas plantas ha sido debidamente limpiado, y pasará la primavera y el verano en barbecho porque no tenemos agua (¡el dilema de siempre !) para mantenerlo en uso.
En abril ha llovido lo justo, lo justito. De momento la tierra, con una gran parte arcillosa, mantiene el mínimo de humedad. En todo caso, hemos dejado instalados goteos para las líneas de tomates, el calabacín, el pepino, los pimientos, sandía y melones que hemos sembrado. En los líneos de tomateras hemos preparado el chasis de cañas para soportarlas en su crecimiento y fructificación. Además les hemos añadido un acolchado de paja en el suelo para evitar el crecimiento de hierbas adventícias.
Abril, definitivamente, ha sido el mes de las alcachofas. Nos hemos hartado a recoger estos frutos. Las matas han sido bastante generosas y no han requerido demasiados cuidados para producir bien.
Con las lluvias, aunque pocas, ha sido labor de muchos días el despejar el terreno de margaritas, cardos, meloncillos y otras plantas incursoras que trae la primavera y el buen tiempo. Labor de nunca acabar en un huerto, pero que se realiza con una buenahazada y con agrado.
No nos olvidamos de recoger los frutos del más primerizo de nuestros frutales, el níspero, que también ha producido en cantidad y en calidad esta primavera. El peral está en flor y en las higueras se distinguen las miniaturas de lo que serán sus frutos en el próximo verano.
Siguen en el suelo, creciendo y deseando agua y más agua, las cebollas, los ajos y los puerros. Estos últimos están siendo cosechados poco a poco, según las necesidades de los huertanos. También nos quedan un buen puñado de habas en las matas, que no preocupan porque también pueden ser cosechadas más adelante, cuando hayan secado.
Los huertanos, seguimos esperando como agua de mayo que mayo traiga agua, siendo redundantes, para ir sacando poco a poco y con esfuerzo nuestra próxima tanda de hortalizas veraniegas.
Todo para la pacha-mama.