Ya hemos llegado a Marzo en la
Pequeña huerta Salvochea. Vamos a hacer un pequeño resumen de las
penas y alegrías de los huertanos en este último mes:
Dentro de las alegrías
destacaremos que ya se han cosechado todas las cebollas escalonas,
todas las coles, todas las coliflores y un montón de riquísimas
lechugas que, en general, han sido de un sabor y una calidad
excelentes. También han acrecentado nuestros depósitos de alegría
el recoger las primeras habas y las primerizas vainas de guisantes de
nuestro huerto. Los primeros frutos que hemos probado de estas
legumbres han resultado bien sabrosos. Tanto de habas como de
guisantes, esperamos una buena cosecha en las próximas semanas.
Además, nos quedan un buen montón de lechugas para cosechar en los
próximos días. También estamos dando por hecho (con el optimismo
en alza, aunque podamos equivocarnos y sufrir un revés) que el frio
se ha ido para no volver; por lo tanto, en fechas muy, muy próximas,
transplantaremos los primeros plantones de tomateras. También
intentaremos poner en tierra los plantones de pimientos, tapines,
berenjenas, pepino y otras hortalizas de verano.
Las palabra claves que describen
nuestras penas y quebraderos de cabeza es la misma de meses
anteriores: No está lloviendo lo suficiente. Tanto en este pasado
otoño como en el invierno ha llovido muy pocos días y de manera muy
escasa, cuando ha ocurrido. Esto ha significado que hemos tardado un
buen montón de tiempo en recoger los frutos que cuidamos, porque
nuestras plantas no han conseguido llevar una velocidad de
crecimiento que habría sido mucho mayor si hubiéramos tenido más
volumen de lluvias. Otro de los pequeños problemas que hemos
padecido fue el tener un otoño y comienzo de invierno muy cálidos.
Esto provocó que las matas de habas floraran a mediados de Enero.
Después de estar floradas vinieron un par de días de heladas
nocturnas que quemaron las flores de las matas, y esto fueron frutos
que se perdieron. Sin embargo, volvieron a florar posteriormente y
no se perderá demasiada producción.
Para terminar: Comenzamos el
tratamiento contra el ataque de caracoles. En vista de que los
remedios más caseros y limitados (café y cerveza) no conseguían
poner freno a estos golosos cornudos, al final tuvimos que usar
gránulos de fosfato férrico (también ecológico), y estamos
valorando a día de hoy su efectividad.
En la Pequeña huerta Salvochea
seguiremos amando, trabajando la tierra. Amando, cuidando nuestras
plantas. Haciendo crecer sus raíces y brotar sus frutos. Haciendo
crecer nuestras raíces, que se atan y se enredan a la tierra, como
las de nuestras hortalizas.
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